El siguiente es una traducción de una publicación en Chabad.org
Israel en guerra
Por: Elana Mizrahi
Pensaba, tenía la esperanza de que hubiera terminado, pero escucho el sonido nuevamente. El sonido de aviones volando sobre nuestras cabezas y hogares. El tronido constante que no me permite olvidar la situación. El tronido constante que me recuerda "Estamos en guerra". Sí, Israel está en guerra.
Suena el teléfono. Es mi madre. "¿Que está pasando?"
"Oh, no mucho", le digo de manera indiferente, enmascarando la ansiedad que siento. Me dice que no está escuchando las noticias, que no puede, estoy de acuerdo con su decisión. Quisiera poder decirle lo mismo. No quiero que se preocupe. "Aquí todo está bien. Tengo en reserva algunas latas de comida y agua. Pero, estamos bien, sólo es una medida precautoria. Los niños están bien. Todos estamos bien. Ora, pero no te preocupes".
Ora, pero no te preocupes. ¡Qué frase! ¿De dónde la saqué?
En el día en que temo, Yo en ti confío.1
Soy conocida por mi calma y tranquilidad. Pero ahora, mientras los aviones resuenan sobre mi cabeza, me siento ansiosa y asustada. ¿Qué está pasando?
Me acuesto a dormir temprano, me colapso en un profundo sueño. Mi marido ha estado ausente por dos semanas, y el cuidar de mis hijos y trabajar me está costando. En otras ocasiones, cuando ha tenido que salir de la ciudad no me había sentido tan ansiosa. Pero en este último par de semanas, desde el brutal secuestro y asesinato de nuestros hermosos niños, Israel ha estado sufriendo. Es difícil respirar. Me siento cansada y pesada.
Una hora después un fuerte sonido de sirena me saca de mi sueño. Siento mi corazón latiendo en mi garganta. ¡Mis hijos! Salto de la cama y corro a la habitación donde mis hijos duermen. Ellos se despiertan con el sonido de un ratón, pero aún con la sirena permanecen en un profundo sueño. Me dejo caer sobre ellos y comienzo a recitar Salmos. ¿Los despierto? No...
En el día en que temo, Yo en ti confío.
Tengo mucho miedo, y de pronto algo sucede. Mientras me aferro a mis hijos dormidos, sigo pensando, "Gracias Di-s. Gracias por darme estos preciosos regalos. ¡Gracias por darme vida!" De pronto tengo un profundo sentido de apreciación. Mi calma interna se restauró.
¡BOOM!
Escucho algo, ¿Una explosión? Salmos de nuevo.
El teléfono suena y suena y suena. Amigos que llaman para ver cómo estoy. Trato de permanecer pensando en mi marido. Por fin, ya pasó. Regreso a mi cama y recuesto mi cabeza en la almohada. Mis ojos contemplan la obscuridad.
Las sirenas se detienen por esta noche, pero no el rugido de los aviones. No puedo dormir, me levanto aliviada cuando escucho el camión de la basura pasar a las 4:45 a.m.
Un nuevo día. La rutina continúa. Veo el noticiero y escucho los milagros nocturnos. "Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra: Mas a ti no llegará".2
Seguimos con nuestros planes diarios como siempre. Este va a la escuela, este se va de día campo, y este a la guardería. Me voy al trabajo. La radio está encendida. Oímos sirenas. Miro a mis compañeros. Mi mano se aferra más a los Salmos. En el día en que temo, Yo en ti confío.
"No es aquí. Es el radio. Una sirena apagándose en Ashkelon" Dice un compañero.
"Apágalo" Pedimos.
Una hora después me llaman para recoger a mi hija. El día de campo se canceló. Y ahora una cliente llama para cancelar. No es seguro que maneje a Jerusalén. Israel está en guerra.
Sí, Israel está en guerra, pero, ¿No ves lo que sucede? Los milagros, las oraciones, la unidad. Mi amiga me dice: "Elana, todas las plegarias que se están diciendo. Todas las Hafrashat Challot (separando la Challah) y las velas de Shabbat encendidas, toda la caridad dada, nos están protegiendo. Están creando una cerca impenetrable. ¿No lo sientes? ¿No lo ves?
"Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra: Mas a ti no llegará".
¡Sí! ¡Lo siento! Te pido, precioso judío, no te detengas. Toma un libro de Salmos. Ora por nosotros cuando enciendas tus velas de Shabbat este viernes. Sabe que tus oraciones, tu caridad, tus buenas obras han caído sobre nosotros y nos están ayudando y protegiendo.
Los aviones. Los escucho. Mis labios repiten las palabras...
En el día en que temo, Yo en ti confío.
------NOTAS-----
1: Salmos 56:3
2: Salmos 91:7
Puedes leer el original en el siguiente enlace: http://www.chabad.org/library/article_cdo/aid/2639947/jewish/Israel-at-War.htm
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